Té verde
Es muy difícil creer que una humilde mezcla de agua con hiervas tenga tantas cualidades curativas. Me refiero al té verde, una bebida que cada vez se ha introducido más en la cultura occidental, tal vez por su promesa de contribuir a la pérdida de peso, pero que desde años milenarios ha sido utilizado en la medicina tradicional china como complemento natural para la salud.
Aunque contiene cafeína, el té verde ayuda a aclarar la mente, aumentar la atención, mejora el estado de ánimo, relaja el hígado y reduce el estrés. Algunos incluso afirman que mejora la memoria.
Es excelente después de comidas pesadas o muy dulces como bajativo, ya que por su sabor amargo ayuda a contrarrestar excesos de grasa o azúcar en el sistema, y contribuye a mejorar los niveles altos de triglicéridos. Su fama de ‘bebida adelgazante’ se la ha ganado porque efectivamente baja los niveles de azúcar en la sangre y ayuda a disminuir el colesterol alto. Vale la pena aclarar que consumirlo sólo, sin que su inclusión haga parte de una dieta saludable, no servirá para bajar de peso.
Una de sus características más notables y que hace del té verde una bebida magnífica, es la rica presencia de antioxidantes, que ayudan a desintoxicar el cuerpo, mejorando el sistema inmune y previniendo varias formas de cáncer.
También se han reconocido en el té verde propiedades anticoagulantes que contribuyen a mantener la buena salud cardiovascular, ya que además reduce la presión arterial y previene la hipertensión.
Entre otros beneficios, se mencionan también su contribución a la salud ósea y dental; y protege además contra el deterioro cognitivo, previniendo contra enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.