Pistachos

Siempre me han encantado los pistachos. Me parece divertido esforzarme para quitar la cáscara y al final ser recompensada con el suntuoso sabor de este verde, saladito y nutritivo fruto seco; pero tal vez los amo más desde que descubrí que aunque tienen muchas calorías, su consumo contribuye a disminuir la grasa abdominal, así que, ¡a comer pistachos! —Recuerden que todo es con moderación—.​

Además de ser ricos en proteínas y fibra, los pistachos contienen otros nutrientes importantes, como son la vitamina B6 y el potasio. Adicionalmente al ser ricos en antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, favorecen la salud ocular.

Aunque su alta carga calórica no es un misterio, las calorías que aportan son menores que las de otros frutos secos, y en cambio, tienen más proteínas y aminoácidos esenciales que los demás frutos secos.

Como les comentaba en la introducción, comer pistachos puede ayudar a perder peso, no solo porque quitar la cáscara promueve una alimentación consciente, sino además porque son ricos en fibra y proteínas que incrementan la sensación de saciedad, contribuyendo a comer menos alimentos. Otro dato interesante es que en un estudio de 24 semanas realizado en individuos con exceso de peso, se demostró que aquellos sujetos que consumieron el 20% de sus calorías procedentes de los pistachos perdieron 1,5 cm de cintura en comparación con los que no comieron pistachos.

Los pistachos juegan un papel importante en la promoción de la salud de los vasos sanguíneos gracias a que son ricos en L-arginina, sustancia que al convertirse en óxido nítrico, ayuda a dilatarlos. Igualmente, comer pistachos puede ayudar a reducir el colesterol en sangre, a reducir la presión arterial y, a largo plazo, a controlar sus niveles de azúcar en sangre.

Así que ya saben, además de ser ricos y versátiles, incluir pistachos a la dieta es una forma deliciosa para mejorar la salud.

* Los alimentos con un índice glicémico inferior a 55 son ideales para incluir en una dieta donde se esté controlando o disminuyendo el nivel de azúcar en la sangre.