Desayuno Marjan
Esta receta la nombré así en honor a mi muy querida amiga polaca Marta Marjan, quien en mi último viaje a Aberdeen me preparó diariamente una versión muchísimo más calórica, pero igual de deliciosa. Comparto mi adaptación de la misma.
En la versión original, Marta incluía salchichas de cordero preparadas con manzana, queso crema, panceta tostada al horno y pan blanco. Comparto la foto original como referencia para quienes prefieran orientarse más hacia el incremento de proteínas y elementos grasos en su dieta. —Además si encuentran esas salchichas deliciosas en Medellín, me cuentan!— ;)
Versión Original
Marta es delgada y saludable y preparaba este gran desayuno porque es muy activa. En el viaje caminamos diariamente entre 4 y 6 horas haciendo trekking por montañas y senderos, así que el desayuno no era tan descabellado. Pero incorporarlo a mi rutina diaria en Medellín no era una opción, ya que en el día paso unas ocho horas sentada frente a un computador y aunque si camino, es muy poco para compensar las calorías de la versión original.
Por ello creé mi propia versión, donde se conserva el huevo cocido y la verdura, reemplacé el queso crema por yogur griego y el pan blanco por pan integral, y deseché del todo las salchichas y el tocino, dándole un balance rico a los ingredientes y una opción refrescante, nutritiva y con gran nivel de saciedad a este desayuno que cuenta con apenas unas 208 calorías y se prepara en no más de 15 minutos
Pongo el huevo a cocer durante unos 10 minutos. Yo Tengo este tiempo para que la yema quede líquida y la clara perfectamente cocida. Agrego el huevo al agua tibia, con sal y lo dejo allí durante este tiempo. Cada uno puede decidir el término del huevo a su gusto.
Al mismo tiempo que pongo a hervir el huevo, meto el tomate maduro al horno, a un fuego más bien alto (350°F) y mido los mismos 10 minutos para el tomate que para el huevo, así que los dos se cuecen de manera simultánea.
1.
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Aparte pico unas pocas hojitas de espinaca y rúgula. La combinación es explosiva.
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Mezclo un chorrito pequeñito de aceite de oliva con vinagre balsámico y reservo. No agrego ni sal, ni pimienta. No es necesario.
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Pongo en la tostadora, una tajada de pan integral. Nuevamente el término es a su gusto, pero en lo personal para este desayuno me gusta crujiente, casi como una tostada.
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Una vez que han pasado los 10 minutos, apago el huevo y reemplazo el agua de la ollita por agua fría. Mientras se enfría para poder quitarle la cáscara, saco el tomate, le quito la piel (Sale fácilmente después de este tiempo en el horno) y lo pico en el plato.
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Sobre el tomate que a este punto ya debe estar jugoso y dulce, esparzo las hojas de rúgula y espinaca y baño todo con la mezcla de vinagre balsámico y aceite de oliva.
Al emplatar, unto la tajada de pan integral tostada con el yogur griego y la pongo en el plato para que absorba el jugo del tomate con la mezcla del balsámico y el aceite. Y para finalizar, quito la cáscara del huevo que ya debe estar tibio. Listo! Un desayuno delicioso, nutritivo y poco calórico.